Un aula multisensorial o Snoezelen se ha convertido en una herramienta que permite trabajar el despertar sensorial a través de la acción y la experimentación. Este tipo de enseñanza supone un cambio de metodología en la estimulación de los niños, personas con discapacidad e incluso personas mayores. Es en este tipo de aulas, el sujeto se convierte en el protagonista de su aprendizaje y el educador pasa a un segundo plano convirtiéndose en un simple mediador.
El entorno es fundamental ya que un aula snoezelen pasa por la creación de espacios que ofrecen estímulos controlados que favorecen la percepción de sensaciones y ayudan a adquirir el aprendizaje por medio del descubrimiento. La riqueza de estímulos en intensidad, frecuencia y duración adecuada produce un desarrollo armónico y global.
Dentro de estos espacios se suele trabajar en dos direcciones: utilizando terapias no directivas, donde el educador/terapeuta sólo observa, y con terapias directivas, donde el educador/terapeuta media en el proceso de aprendizaje. Existen dos tipos de aulas sensoriales; las pasivas y las activas. En el primer tipo, el sujeto es quien es estimulado mediante efectos sensoriales, mientras que en la segunda, es el usuario quien toma conciencia de los efectos de su actuación sobre el entorno.
Además, según el objetivo que se persiga, las salas pueden ser blancas, en las que prima el color blanco y se busca una estimulación pasiva. También pueden ser oscuras o negras que se caracterizan por el uso de luz ultravioleta y elementos que brillan sobre ella. Aquí el sujeto debe participar. Por último pero no menos importantes, están las aulas de aventura en las que se cuenta con materiales variados perceptivo-motor. Éstas tienen como objetivo favorecer el desarrollo sensorial y cognitivo de forma paralela al desarrollo motor.
¿Qué finalidad persiguen las aulas multisensoriales o Snoezelen?
La principal finalidad de la creación de un aula sensorial es que los más pequeños adquieran una serie de aprendizajes por medio del descubrimiento y desarrollen al máximo sus habilidades. Entre los beneficios que las aulas multisensoriales aportan a los niños destaca:
- Recreación de historias sensoriales en etapas primarias aumenta la creatividad.
- Desarrollo de la coordinación óculo-manual y óculo-pedal.
- Los niños comprenden y recuerdan mejor ya que ven, tocan, huelen y oyen en cada rincón.
- Desarrollan su pensamiento abstracto, amplia su mundo y sus límites internos.
- Favorece la experimentación y la exploración.
- Aumenta la seguridad en sí mismos.
- Les enseña a relajarse y a tener autocontrol.
- Los niños ven el aula como un tiempo de ocio y bienestar.
- Aumenta el tiempo de atención y concentración.
La exposición a este tipo de materiales está recomendada desde los cuatro meses hasta los cinco años. Normalmente, siempre hay dos profesores/educadores por aula y los grupos son muy reducidos. En este tipo de aulas se trabajan cuatro de los cinco sentidos: vista, oído, tacto y olfato.
- Vista:
La estimulación visual se consigue a través de elementos como la fibra óptica, la mesa de leds, luces y diferentes proyecciones en las paredes, techos o suelos. Para los más pequeños, algunos centros cuentan con alfombras de estrellas, que suben y bajan de intensidad. A través de las luces se proporciona una iluminación de fondo muy cálida y relajante para poder trabajar aspectos como, la gestión de sentimientos, compresión visual, atención y autonomía.
- Tacto:
Con diversos materiales de mil y una texturas, cada día pueden tocar elementos diferentes, también pisan losetas con diferentes texturas y cuentan con mesas de arena, arcillas para que experimenten distintas sensaciones en sus manos y pies.
- Olfato:
La estimulación del olfato se realiza identificando olores, forma en que los niños se protegen y reconocen su entorno. Los niños aprenden los distintos olores de naranja, fresa, madera… a través de divertidos juegos, el profesor contará con sets de diversos aromas. Desarrollando este sentido, también entrarán a jugar la memoria y las sensaciones.
- Oído
La música siempre está presente en esta aula, los sonidos previamente elegidos hacen que los niños se transporten a diferentes lugares, les ayuda a relajarse, a concentrarse o a imaginar. El aula multisensorial recrea una atmósfera interactiva de calma, seguridad y protección que invita a la exploración y al juego. Trabajar los sentidos de forma unificada ayuda a una mayor capacidad de aprendizaje, estimula el pensamiento lógico y los niños consiguen importantes avances en la coordinación y la concentración.
¿Cómo crear un espacio sensorial dentro de un aula?
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